martes, 1 de diciembre de 2015

SER COMPETITIVO Y EL TRABAJO EN GRUPOS.

He leído un artículo de la competitividad en la escuela entre los alumnos y los inconvenientes y ventajas que tiene. Desde mi punto de vista la competitividad está hasta en la casa con nuestros propios hermanos. En la escuela la competitividad puede ser buena o mala dependiendo de el control que se tenga de ella.
La competitividad nos ayuda a superarnos a nosotros mismo sin que se llegue a convertir en una obsesión.
Es importante que los niños aprendan a superar dificultades, a superarse a ellos mismo y aprender de sus propios errores. Pero teniendo en cuenta que no todo es ganar y ser el mejor en todo, que también hay que saber perder y a disfrutar de lo que están haciendo.

El trabajo en la escuela la mayoría de las veces se vuelve una competición por ver quien lo hace mejor y eso muchas veces puede ser bueno para fomentar el trabajo de los niños y muchas veces malo porque puede ocasionar conflictos entre los alumnos e incluso hasta que se enfaden y no se hablen por un tiempo.
El trabajo en grupos en la escuela es una buena forma para que los niños vayan aprendiendo a trabajar en compañía de los demás compañeros y a repartir el trabajo.
En mi opinión el trabajo en grupos no debería de ser un objeto  de competitividad porque puede desarrollar conflictos entre los alumnos y se debería de trabajar en grupos para desarrollar una buena actividad aportando algo de cada uno de los componentes del grupo sin tener que competir por ser quien diga o ponga lo mejor que el resto de los compañeros. Porque lo que debería ser un buen trabajo que se haya disfrutado con los compañeros y compartiendo diversas opiniones.



1 comentario:

  1. Buena opinión. De todos modos, los conflictos en grupo surgen aunque no haya competitividad. Lo que pasa que tenemos un concepto negativo del conflicto. El conflicto no es malo si nos enfrentamos a él, somos capaces de resolverlo y aprendemos de ello. A fin de cuentas, es imposible la vida en sociedad sin conflictos, la clave es saber darles respuesta.

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