TERAPIA CON CABALLOS
La equinoterapia como comúnmente se conoce, es la utilización del caballo con fines terapéuticos, dirigidos a la estimulación y/o rehabilitación de las áreas que nos conforman como seres humanos: física, cognitiva y socio emocional. Su implementación se enfoca a tres áreas, las cuales están bien delimitadas y trabajan objetivos terapéuticos diferentes: salud, educación y deporte.
Edith Gross expresa que existen tres principios terapéuticos en esta intervención que coadyuvan o integran lo explicado anteriormente:
- Transmisión del calor corporal: el calor que transmite el caballo es aproximadamente de 38 oC utilizado para distender y relajar musculatura y ligamentos y estimular la sensopercepción táctil, además el mayor flujo sanguíneo estimula el sistema circulatorio, lo que beneficia en general la función fisiológica de los órganos internos. Su valor psicoterapéutico es que el calor del caballo adquiere gran instrumento en el área psicoafectiva y posibilita utilizar la Hipoterapia con excelentes resultados en la estimulación temprana.
- Transmisión de impulsos rítmicos: El caballo transmite impulsos rítmicos al cinturón pélvico, columna y miembros inferiores del jinete. La motricidad del ser humano se realiza por medio de estímulos dados desde la periferia y esto proporciona estímulos fisiológicos que regulan el tono muscular y desarrollan el movimiento coordinado. Su valor psicoterapéutico radica en que provocan una gama de experiencias sensoriales que se van integrando y posibilitan la integración sensorial. La sensación de impulso hacia delante y de avance restablecen la confianza en el propio yo que posibilitan que el paciente experimente nuevas reacciones psicológicas en relación con él mismo y el entorno.
- Transmisión de un patrón de locomoción tridimensional, equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana:Adquiere gran importancia en el tratamiento de disfunciones neuromotoras como la parálisis cerebral. El cerebro humano no sólo registra movimientos aislados, sino toda una gama de patrones motores. El patrón fisiológico de la marcha humana que el paciente realiza durante la monta se graba en el cerebro y con el tiempo se automatiza, lo que posibilita su transferencia a la marcha pedestre. Su valor terapéutico radica en el área psicoafectiva y pedagógica porque desarrolla en el ser humano cualidades socio – integrativas como la comunicación análoga (no verbal), la tolerancia, la paciencia y el sentido de responsabilidad, lo que promueve cada vez más la integración de la equinoterapia al área educativa, especialmente la educación especial.
En mi opinión yo pienso que el caballo es la mejor terapia que los niños con autismo, Síndrome de Down y demás trastornos o discapacidades puede dar. Ya que arriba de un caballo se potencia más su estimulación que acudiendo a un centro donde poder realizarla, además de el afecto que le puede trasmitir el caballo al niño y viceversa.